Cuando íbamos llegando a Patmos nos entregaron un plano para recorrerla. Al verlo ya percibimos que la ciudad puerto de Skala, la mayor de la isla, era pequeñita. Pero al recorrerla comprobamos que era más ínfima de lo que supusimos en el barco. Bellísima, tierna diría. Por sus callecitas, las casitas blancas todas iguales y albergando alguna tienda.
En el muelle los lanchones esperando salir a la bahía y sobre el fondo una playita acogedora.
Cuenta la tradición que en el año 95, durante las persecuciones del emperador Domiciano a los cristianos, San Juan fue abandonado en la isla de Patmos, donde vivió por dos años. Fue allí donde "oyó una gran voz, como una trompeta", ordenándole que escribiera un libro y "que lo enviara a las siete iglesias". Según la misma tradición, San Juan escribió el texto de las Revelaciones en la pequeña cueva , La Gruta Sagrada, que ahora se halla dentro del Monasterio del Apocalípsis. La pequeña y rocosa Patmos fue abandonada entre los siglos VI y XI, cuando comenzó la construcción del Monasterio, también llamado de San Juan.
Cuando salimos de la isla, de regreso al barco..., me vine con la certeza de lo inolvidable: habernos bañado en sus aguas, recorrer sus callejuelas bebiendo cerveza helada y llenar el alma con su ambiente insular..., no merecía menos. Claro que mi recuerdo de Patmos jamás será apocalíptico, todo lo contrario.
Con ojos de fotógrafo, corazón de poeta y gratitud de peregrino. Regresamos al camino con las imágenes y los sentires que dejamos atrás. Vaya este espacio para aligerar la carga, descorchar emociones y compartir senderos.
En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida
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2 comentarios:
MÁGICA
PROFUNDA
APOCALÍPTICA...
¡Cuántas sensaciones encontradas!!!
Maravillosas fotos y comentarios
Un abrazo y gracias por compartir con nosotros esta maravillosa experiencia
Sí Patri, tiene mucho de magia y de profundidad. Lo apocalíptico es obra de Juan "evangelista", jaja. Gracias a vos, si no hubiese gente así, esto no sería un espacio para compartir. Un abrazo. Oscar.
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