En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida

En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida
El gran viaje no está en la distancia sino en la actitud: CON CORAZÓN DE POETA, OJOS DE FOTÓGRAFO Y GRATITUD DE PEREGRINO puedes cruzar el mar, dar una vuelta al barrio o sumergirte en lo profundo del alma disfrutando del camino.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Positano y el tiempo que ocurre extraño.



Positano es otra perla de un espacio geográfico y cultural que podríamos llamar greco-latino, y que va más allá de los límites nacionales que lo acotan actualmente.
Se encuentra sobre la costa del mar Tirreno, al sur de Italia. Pero apenas se diferencia del paisaje griego. Evoca a las primeras colonias de inmigrantes que dejaban el Ática o el Peloponeso en busca de un palmo de tierra, hace dos mil quinientos años.
También recuerda el vagar de Odiseo en busca de Ítaca. Positano bien podría haber sido el palacio de Circe,


donde el tiempo ocurría de un modo extraño.
Sin embargo, ahí está: adornando la costa amalfitana.
Se puede llegar a Positano en vehículo por la sierra o, mejor, por mar. La difencia de precio es insignificante y la belleza de aproximarse al muelle con la perla brillando sobre la misma ostra es impagable.
Desembarcas y te vas introduciendo, cada quien a su modo, pero siempre placenteramente, en ese sitio inefable.
Es difícil explicar la sensación de ir ganando metros por sobre el nivel del



mar entre la roca acantilada, por senderos de piedra rodeados de casitas bajas y coquetas. Los miradores con sus rejas hacia la nada. La vegetación profusa y los colores vivos. Te bebes un café o una cerveza y sigues conociendo. La cúpula de la iglesia a metros del muelle se hace más pequeña y brillante allá abajo.
Regresas a la playa y te das un baño refrescante. Sentado sobre el agua vuelves a recorrer con los ojos el camino que recién hicieron tus pies y te sumerges en cualquier buen senti-pensamiento. Y claro que podrías ser Ulises, detenido allí por Circe en un puro enamoramiento sensual. Mientras tanto, el aire serrano empuja hacia Ítaca, al tiempo que Ítaca te concede siempre un instante más para quedarte detenido en Positano.

4 comentarios:

Patricia dijo...

¡¡¡Maravillosa!!!! Muy lindo tu relato y más bellas aún las fotos. ¡Qué belleza! Es un regocijo para los ojos y para el alma. Un beso y gracias por compartir con nosotros.

VERYANDAR dijo...

Muchas gracias a vos amiga. Como te digo siempre, puedo compartir gracias a personas que se toman el trabajo de expresar sus impresiones. Ojalá que corrobores in situ, prontito, estas cosas que les cuento. Un fuerte abrazo. Oscar.

Unknown dijo...

Dios Te Bendiga Maestro... Es un honor para mi. Conocer un poco de estos paraisos... Fabulosos

VERYANDAR dijo...

ESTRELLITA DEL CIELO, CON ESE NOMBRE TU BENDICIÓN ES, AL MENOS, DOBLE. TE DESEO LO MEJOR..., Y EL HONOR ES MÍO. MUCHAS GRACIAS.