En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida

En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida
El gran viaje no está en la distancia sino en la actitud: CON CORAZÓN DE POETA, OJOS DE FOTÓGRAFO Y GRATITUD DE PEREGRINO puedes cruzar el mar, dar una vuelta al barrio o sumergirte en lo profundo del alma disfrutando del camino.

viernes, 1 de octubre de 2010

Granada

Triste es dejar Granada...
"No llores con lágrimas de mujer lo que no supiste defender como hombre". Grande debió ser la crueldad de Ayxa al soltar la frase, e inefable el dolor de Boabdil, su hijo, el último rey moro de Granada, al oírla.
Mientras subía la cuesta que conduce a la Alhambra pensaba en los ocho siglos de dominación musulmana sobre el sur de España. CUÁNTO CONTRASTE!!! Los vivos colores de los jardines del Generalife y la Sierra Nevada. La alegre belleza de los palacios nazaríes y la pétrea frialdad que albergó a Carlos V en el suyo. Las sonoras e interminables fuentes del recreo con la amenaza de la fortaleza circundante. De regreso, andar el Albaicín con toda su historia de arrabal multicultural y presente bohemio. El mirador borracho de flamenco, las callejuelas, el paseo de los tristes, la bajada y volver a Granada con tapas en calle Navas. Por la noche, hacia el hostel por Colón, sentir la madrugada con su aroma de naranjo y un pensamiento pesado, más próximo y tan andaluz como el primero: inefable debió ser la crueldad de los asesinos al disparar sus fusiles, y enorme el dolor de Federico cuando tomó consciencia de aquella, su última tarde bajo el sol granadino.


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