En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida

En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida
El gran viaje no está en la distancia sino en la actitud: CON CORAZÓN DE POETA, OJOS DE FOTÓGRAFO Y GRATITUD DE PEREGRINO puedes cruzar el mar, dar una vuelta al barrio o sumergirte en lo profundo del alma disfrutando del camino.

viernes, 7 de octubre de 2011

Sorrento y una vieja canzoneta flotando en el aire.



"Aquí, donde el mar resplandece
y sopla fuerte el viento,
sobre una vieja terraza
de cara al golfo de Sorrento.
Un hombre abraza a una muchacha,
luego de haber llorado.
Y al aclarársele la voz
vuelve a entonar su canto".
(Fragmento de "Caruso", L. Dalla).

Cuenta la historia, y algunas bellas canzonetas napolitanas, que el gran Caruso se enamoró, lloró, gozó y, lo mejor: cantó frente a este paisaje.
Y cómo no apasionarse en esta fiesta
sensual.

Sorrento es una perla más de ese precioso collar con que la naturaleza
obsequió a la costa tirrena del sur italiano. Su litoral redondo es verde de vides y olivos, blanco de edificios y casitas, y muy azul de cielo-mar.
Con su estilo de pueblo grande o ciudad pequeña, por la noche te ofrece un pintoresco centro comercial y de diversión.
En Sorrento la calidad de vida es excelente. Allí confirmé un fenómeno social en el que siempre creí. El guía que nos acompañó a Capri, Pablo, nos pidió que disfrutáramos boquiabiertos y relajados del lugar porque no existe la inseguridad. Agregó: aquí la inseguridad es cero porque la ocupación es del cien por cien. Todos tienen trabajo y viven tranquilos.
Nosotros le tomamos la palabra y eso fue lo que hicimos: disfrutar a pleno, tanto de día como por la noche, de la inolvidable Sorrento. Caminarla, cuesta arriba y cuesta abajo, navegarla viento en popa con la alegría como bandera y una vieja canzoneta flotando en el aire.

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