En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida

En el gran viaje de la VIDA..., viajemos por la vida
El gran viaje no está en la distancia sino en la actitud: CON CORAZÓN DE POETA, OJOS DE FOTÓGRAFO Y GRATITUD DE PEREGRINO puedes cruzar el mar, dar una vuelta al barrio o sumergirte en lo profundo del alma disfrutando del camino.

miércoles, 19 de marzo de 2014

EGIPTO, UN DON DEL NILO...

ATARDECER EN ASSUAN
HERÓDOTO, EL PADRE DE LA HISTORIA, AFIRMÓ: "EGIPTO ES UN DON DEL NILO"..., Y NO SE EQUIVOCABA. EL PAÍS DE LOS FARAONES SE EXTIENDE ALARGADO A AMBAS RIBERAS DEL RÍO. IMPRESIONA VER MORIR ESAS DOS ESTRECHAS FRANJAS DE OASIS CON SUS ESCASOS KILÓMETROS EN EL MÁS ÁRIDO SAHARA.
ALLÍ SE ORIGINÓ UNA DE LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES HISTÓRICAS. LAS CRECIDAS PERIODICAS  DEL RÍO MÁS LARGO DEL MUNDO CONTRIBUYERON A SU DESARROLLO. DURANTE LA PRIMAVERA EL CAUDAL DEL NILO SE SOBREALIMENTABA CON EL DESHIELO DE LOS CORDONES MONTAÑOSOS DEL ALTO EGIPTO. LOS DESBORDES INUNDABAN LAS REGIONES MÁS BAJAS Y DEPOSITABAN SOBRE ELLAS UN "HUMUS" MUY RICO. AL SER ABSORBIDAS LAS AGUAS, LA TIERRA HABÍA SIDO "MILAGROSAMENTE" FERTILIZADA. DE ESE MODO LOS EGIPCIOS OBTENÍAN (Y OBTIENEN) HASTA SEIS COSECHAS ANUALES.
LAS AGUAS BAJAN Y FERTILIZAN LAS TIERRAS
   
  LOS SACERDOTES HABÍAN OBSERVADO AQUEL FENÓMENO Y LLEGARON A PREVER EL MOMENTO EXACTO DE LAS CRECIDAS. ASÍ FUE COMO EL FARAÓN ACUDÍA CADA AÑO, PUNTUALMENTE, A ORDENAR EL AVANCE DE LAS RIQUÍSIMAS AGUAS, DANDO PRUEBAS DE SU CARÁCTER DIVINO, POR EL CUAL LOS CAMPESINOS Y EL RESTO DE LOS SÚBDITOS LE DEBÍAN OBEDIENCIA Y TRIBUTO. 
ANGOSTA FRANJA DE OASIS ENTRE EL NILO Y EL SAHARA
     EL "NILOMETRO" (VER FOTO) ERA UN POZO SIMILAR A UN ALJIBE QUE, CONECTADO AL RÍO, MARCABA LA ALTURA MÁXIMA QUE EL NILO ALCANZABA DURANTE LA CRECIDA. CONOCER ESTE ARTILUGIO DE LOS FARAONES ES FUNDAMENTAL PARA COMPRENDER LA HISTORIA EGIPCIA, YA QUE LOS CAMPESINOS DEBÍAN PAGAR SU TRIBUTO AL PODER POLÍTICO DE ACUERDO AL NIVEL QUE ALCANZABAN LAS AGUAS: A MAYOR ALTURA, MAYOR IMPUESTO. ESTE ÚLTIMO SE PAGABA CON EL PRODUCIDO DE LA TIERRA Y CON TRABAJO. POR TAL MOTIVO, DURANTE LOS TRES O CUATRO MESES QUE TARDABAN EN BAJAR LAS AGUAS DE LA INUNDACIÓN, ELLOS TRIBUTABAN TRABAJANDO EN LAS OBRAS PÚBLICAS..., ENTRE ELLAS, LAS INCREÍBLES PIRÁMIDES QUE HOY PODEMOS OBSERVAR, Y QUE DEMANDABAN CIEN MIL HOMBRES DE MANERA PERMANENTE PARA SU CONSTRUCCIÓN. 
EL NILÓMETRO
     MILES DE AÑOS MÁS TARDE TUVE LA FORTUNA DE NAVEGAR AQUELLAS AGUAS, ENTRE MAÑANAS, ATARDECERES Y NOCHES DE ARDUO CALOR Y DE INEFABLE GOZO Y FELICIDAD. SOLES INCREÍBLEMENTE ENCENDIDOS CAYENDO SOBRE LAS DUNAS, POR DETRÁS DEL OASIS. LA FALUYA QUE SE MECE MIENTRAS EL MUCHACHO NUBIO DE LA FOTO CONDUCE RUTINARIAMENTE. DESDE LUXOR HASTA ASSUAN CON UN ENCANTO IMPOSIBLE DE DESCRIBIR, EL RÍO NILO NOS LLEVÓ A UPA DE UN SUEÑO QUE LLEGARÁ DESDE MI, CON INMENSA GRATITUD, HASTA DONDE ME LLEGUE LA VIDA.
HOMBRE FELIZ A ORILLAS DEL NILO



JOVEN NUBIO, NILO, OASIS Y DESIERTO



sábado, 7 de abril de 2012

SANTA SOFÍA Y LA MULTICULTURALIDAD HISTÓRICA.

Santa Sofía o "Hagia Sofía" fue una antigua basílica patriarcal ortodoxa que data del s. IV, por un breve tiempo convertida en catedral católica y, finalmente, en mezquita. Se encuentra en el centro de Estambul, la antigua Constantinopla. En esta imagen se puede observar el sincretismo que la caracteriza: los dos medallones del centro representan los nombres de Alá y del profeta Mahoma. Mientras que al fondo puede verse a la virgen María con el niño, imágenes de la religión cristiana.

Este mosaico en el que se ve la imagen de Jesús es considerado como uno de los más bellos del arte bizantino. Se trata de una representación del Cristo Pantocrátor y pertenece al mosaico de la Deesis. Fue pintado alrededor del año 1280 y se encuentra en Santa Sofía. Se alza a unos cuatro metros de altura sobre un muro de la mezquita. Cristo es un personaje muy respetado por la religión musulmana, aparece mencionado varias veces en el Corán. Su conservación y cuidado son otra muestra de la Cultura musulmana.



Esta imagen fue tomada desde el primer piso de la mezquita. Su estructura es imponente y, por dentro, emocionante. Hasta el año 1931 los fieles musulmanes pudieron asistir a ella en tanto templo religioso. Y luego de una restauración, que llevó cuatro años, fue convertida en museo. En su interior conviven la belleza, la historia y un espíritu de convivencia religiosa que reconcilia con la humana condición.



martes, 21 de febrero de 2012

BUDAPEST..., UN DON DEL DANUBIO.

Si Herodoto la hubiese conocido podría haber escrito: "BUDAPEST es un don del Danubio". Tanto Buda al este como Pest al oeste crecieron sobre las orillas del río. Otra circunstancia que definió a la región fue su carácter de "marca", esto es: Hungría, de la que Budapest es capital, fue el límite de la Europa del este con el espacio cultural asiático. Desde principios de la era cristiana la región fue ocupada y convertida en provincia por el imperio romano. Luego su historia será cambiante: magiares y turcos, el imperio habsburgo y las guerras mundiales, el



comunismo y el capitalismo. van a configurar a Hungría.





Cuando salimos a recorrer sus calles comenzaba a anochecer. Fuimos por Rakoczi hasta el Danubio. La emoción que me provocó esa ciudad es intransferible. Al igual que las otras dos ex capitales imperiales (Praga y Viena) Budapest hace gala de una riqueza estilística extraordinaria, pero la diferencia una sobriedad tan exquisita y severa que la hace única.



Por cualquiera de sus calles no verás sino estilo, belleza arquitectónica turca, románica, barroca, clásica, romántica, renacentista, ecléctica y modernista. Por Andrassy se llega hasta la Plaza de los Héroes y al parque con sus aguas termales, no sin antes pasar por el edificio del Terror que recuerda su pasado stalinista. Desde los puentes verás el Castillo de Buda y sobre Pest el Parlamento. Si subes a la Citadella tendrás una panorámica de la ciudad luego de saborear una sopa húngara, muy picante y muy caliente que puede reconfortarte del frío. Y la catedral de San Esteban y la sinagoga, y....., tanto arte, tanta belleza, tanto río Danubio. Si la conoces no podrás dejar de agradecer y enamorarte de la maravillosa Budapest.

viernes, 18 de noviembre de 2011

ESTAMBUL, DE LA MENTE A LOS SENTIDOS.

Esta ciudad impresionó mi fantasía infantil. Fue en aquellos años de no querer dormir la siesta. La mejor compañera de esos momentos era la enciclopedia familiar: ella me reveló una tarde: "La ciudad de Constantinopla, capital del imperio romano de oriente, cayó en poder de los turcos otomanos por el año 1453".
Tiempo después supe que esta ciudad había sido la antigua Bizancio, con un glorioso pasado griego. Además pude saber que el nombre de Estambul se lo dieron los turcos a principios de la modernidad. Conocerla y caminarla era uno de mis sueños más preciados.

Así fue que llegué a Estambul, con la mente impactada desde la infancia. Pero no sabía que esta ciudad ahora impresionaría todos mis sentidos. Primero fueron los oídos: recién llegados al hotel, al abrir la ventana, pudimos oír un canto atronador. Era el llamado a la oración que venía desde los minaretes de las dosmil quinientas mezquitas de la ciudad. Al mismo tiempo los creyentes lo entonaban desde las calles..., una experiencia inolvidable.
Luego, a la mañana siguiente, navegamos el Bósforo: ese mítico estrecho que separa a Europa de Asia y une al mar de Mármara con el mar Negro. Ver tanto azul y un continente a cada margen llenó los ojos de belleza y cultura. La brisa fresca que se respiraba en proa era vida que me penetraba por las narices. Al regresar a la ciudad, en las tiendas callejeras y en los bazares, Estambul se me antojó una gran alfombra de seda que estimulaba al tacto para seguir tocándola a toda hora y en cada parte de su extensión. Finalmente, comiendo sobre el puente que en pocos minutos une a las dos orillas, el gusto también disfrutó con el pescado más fresco que puedan imaginar y vino blanco de Turquía.
Así fue nuestro primer día en Estambul, el primer día de un sueño dorado que arrastré desde la infancia y que me llevó hasta allí, desde la mente a los sentidos, pero siempre con idéntica emoción. Imaginarán que todavía queda mucho por decir y mostrar de ESTA CIUDAD.

martes, 1 de noviembre de 2011

Amalfi: Hércules, la ninfa y la tierra más bella.

Según el mito, Hércules se enamoró apasionadamente de la ninfa Amalfi y vivía cautivado por su exhuberante belleza. Pero cierta vez, cuando el héroe salió a cumplir con uno de sus trabajos, Amalfi murió. Desesperado y sin saber qué hacer, el hijo de Zeus juró que buscaría el sitio más bello del mundo para enterrarla allí, honrando su hermosura. Luego de mucho andar, lo encontró al sur de Italia, sobre la costa del Tirreno, y aquella tierra tomó el nombre de AMALFI.




Mucho tiempo después, la región llegó a ser la más rica de la península, tanto que árabes y sarracenos intentaron conquistarla. Sin embargo, alcanzó su máximo esplendor en el siglo XI, como cuna de marinos y de las famosas "tablas amalfitanas" que rigieron la navegación, por entonces, en todo el mar mediterráneo.
No sé cuántos ni cuáles fueron los lugares que recorrió Hércules, pero luego de conocer Amalfi, no dudaré de su buen criterio para elegir la tierra donde depositó los restos de la ninfa.

Amalfi es cautivante desde la cima del acantilado hasta la costa y de principio a fin de su ínfimo territorio. Allí todo es diminutamente encantador: el muelle, el mar y el pueblo. De modo que no me extenderé para no menoscabarla con exceso de palabras. Sólo agregaré que si caminas desde la escollera hasta la playa te enamorarás en azul. Y si te adentras al poblado andarás en redondo por entre sus callejuelas para salir siempre a la plaza, dando gracias de estar vivo y saboreando un limoncello.


viernes, 7 de octubre de 2011

Sorrento y una vieja canzoneta flotando en el aire.



"Aquí, donde el mar resplandece
y sopla fuerte el viento,
sobre una vieja terraza
de cara al golfo de Sorrento.
Un hombre abraza a una muchacha,
luego de haber llorado.
Y al aclarársele la voz
vuelve a entonar su canto".
(Fragmento de "Caruso", L. Dalla).

Cuenta la historia, y algunas bellas canzonetas napolitanas, que el gran Caruso se enamoró, lloró, gozó y, lo mejor: cantó frente a este paisaje.
Y cómo no apasionarse en esta fiesta
sensual.

Sorrento es una perla más de ese precioso collar con que la naturaleza
obsequió a la costa tirrena del sur italiano. Su litoral redondo es verde de vides y olivos, blanco de edificios y casitas, y muy azul de cielo-mar.
Con su estilo de pueblo grande o ciudad pequeña, por la noche te ofrece un pintoresco centro comercial y de diversión.
En Sorrento la calidad de vida es excelente. Allí confirmé un fenómeno social en el que siempre creí. El guía que nos acompañó a Capri, Pablo, nos pidió que disfrutáramos boquiabiertos y relajados del lugar porque no existe la inseguridad. Agregó: aquí la inseguridad es cero porque la ocupación es del cien por cien. Todos tienen trabajo y viven tranquilos.
Nosotros le tomamos la palabra y eso fue lo que hicimos: disfrutar a pleno, tanto de día como por la noche, de la inolvidable Sorrento. Caminarla, cuesta arriba y cuesta abajo, navegarla viento en popa con la alegría como bandera y una vieja canzoneta flotando en el aire.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Positano y el tiempo que ocurre extraño.



Positano es otra perla de un espacio geográfico y cultural que podríamos llamar greco-latino, y que va más allá de los límites nacionales que lo acotan actualmente.
Se encuentra sobre la costa del mar Tirreno, al sur de Italia. Pero apenas se diferencia del paisaje griego. Evoca a las primeras colonias de inmigrantes que dejaban el Ática o el Peloponeso en busca de un palmo de tierra, hace dos mil quinientos años.
También recuerda el vagar de Odiseo en busca de Ítaca. Positano bien podría haber sido el palacio de Circe,


donde el tiempo ocurría de un modo extraño.
Sin embargo, ahí está: adornando la costa amalfitana.
Se puede llegar a Positano en vehículo por la sierra o, mejor, por mar. La difencia de precio es insignificante y la belleza de aproximarse al muelle con la perla brillando sobre la misma ostra es impagable.
Desembarcas y te vas introduciendo, cada quien a su modo, pero siempre placenteramente, en ese sitio inefable.
Es difícil explicar la sensación de ir ganando metros por sobre el nivel del



mar entre la roca acantilada, por senderos de piedra rodeados de casitas bajas y coquetas. Los miradores con sus rejas hacia la nada. La vegetación profusa y los colores vivos. Te bebes un café o una cerveza y sigues conociendo. La cúpula de la iglesia a metros del muelle se hace más pequeña y brillante allá abajo.
Regresas a la playa y te das un baño refrescante. Sentado sobre el agua vuelves a recorrer con los ojos el camino que recién hicieron tus pies y te sumerges en cualquier buen senti-pensamiento. Y claro que podrías ser Ulises, detenido allí por Circe en un puro enamoramiento sensual. Mientras tanto, el aire serrano empuja hacia Ítaca, al tiempo que Ítaca te concede siempre un instante más para quedarte detenido en Positano.